Desde que arribo a la dirección a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UAEM, Graciela Quiñonez Bahena, a quien se le ha cuestionado su legitimidad como ganadora de los comicios, -porque fue el Consejo Universitario el encargado de elegir a la titular, y no fue el voto directo de alumnos, maestros y administrativos de la facultad-.
Por tal motivo, se entiende que la actual directora, administra la facultad de manera “unipersonal”, en razón de que no tiene ningún compromiso con la población de la escuela, porque los votos que emitieron a favor o en contra de su candidatura no tienen validez, expresaron maestros inconformes con su actuar.
Lo que cuenta es la voluntad del Consejo Universitario. -Por cierto, es una práctica que ya están estudiando profesores de la facultad para que sea la democracia directa (voto directo) la que elija a sus autoridades y no por medio de un séquito que se encarga de la democracia representativa-.
Sin embargo, ya empezó el malestar de maestros y alumnos y personal administrativo en cuanto a la manera de hacer las cosas.
Sus actividades y eventos no son consultados ni mucho menos consensados con maestros y alumnos.
Quienes la conocen y trabajan con ella, afirman que es una mujer que depende mucho de su temperamento y estados de ánimo, consideran que es demasiado impulsiva, al extremo de afirmar que es muy visceral.
En las reuniones con maestros y maestras, supuestamente los invita a hacer propuestas, que, si tienen sugerencias que sólo le digan – “Greys”, hay que hacer esto-.
En el fondo no acepta ninguna propuesta, no acepta que la contradigan ni mucho menos que le digas que hacer. Los docentes perciben que no tiene sensibilidad ni tacto humano. Es demasiado áspera, atávica en su trato.
Las actividades que llevan a cabo en la facultad, según son para elevar la calidad, en el fondo son muchas de ellas ocurrencias, o bien, sugerencias de sus subordinados, que, desde luego, no obedecen al interés general ni mucho menos fortalece el desarrollo académico y de investigación de las carreras.
Más bien son eventos que obedecen más bien aún nivel de estudiantes de secundaria; que no ayudan a solidificar valores ni tampoco a forjar un carácter a los jóvenes universitarios.
Los maestros, administrativos y alumnos que no votaron a favor de su candidatura, sufren las consecuencias de su desaire, los excluye, los margina por completo como sucedió con la maestra Gloria Vergara, quien contendió en las pasadas elecciones; y una vez que es nombrada Graciela Quiñones, directora de la facultad, la sacó de la nómina de la facultad como docente y como personal administrativo.
De igual manera ocurrió con la maestra Michel Onofre, quien ésta se atrevió a cuestionar a la directora en la reunión de inicio de semestre, diciéndole … “Qué, si tenía algo en contra, pues, que procediera ante las instancias universitarias a denunciarla”.
Este reproche molestó demasiado a la directora, y todo esto, porque durante la contienda electoral para elegir directora de la facultad cuestionaron a Quiñonez Bahena por su deshonestidad en cuanto a la relación sentimental que mantiene con el representante sindical, lo cual establecía una competencia desigual, tal como ocurre en los hechos. La reacción no se hizo esperar, de inmediato le quitó sus clases y la excluyó de la conducción del programa radiofónico “va derecho”.
Las actividades que se llevan a cabo en la FDYCS son de manera constante, que obedece más bien a una promoción personal, más que de carácter académico; algunos alumnos consideran que la titular de la dirección está en campaña política con la esperanza de obtener una diputación.
Como resultado de los eventos, festejos y promociones, además de la intensa relación que ha establecido con el sector público y con algunos políticos, de quienes se sospechan que son los que están financiando los eventos, en los cuales se presentan grupos musicales para divertir a los jóvenes. – ¿De qué otra manera podría allegarse de recursos?, – se preguntan docentes-, salvo que el rector Gustavo Urquiza este financiando los eventos para que en futuro cuente con una aliada en el Congreso del Estado de Morelos.
Mientras tanto, las carreras de Ciencias Políticas y Seguridad Ciudadana y Ciencias Forenses, que, en su momento, durante la etapa de Rubén Toledo y Eduardo Oliva se logró la certificación de la carrera de Ciencias Políticas y se reformó el plan de estudios de la carrera de Seguridad Ciudadana. Hoy, en cambio, con el arribo de la nueva directora, se encuentran olvidadas sin impulso académico. Prevalecen más los intereses personales de un grupito que es evidente que pretende enrolarse en los próximos comicios.
